Salud visual: Vuelta al cole, revisión visual
El primer mes del año es Enero, pero para muchos Septiembre es, consciente o inconscientemente, el auténtico comienzo; es el mes de la vuelta al trabajo después de las vacaciones (tradicionalmente la mayoría de la gente las coge en Agosto) o de la "vuelta al cole" para los pequeños y no tan pequeños que siguen estudiando.
Respecto a la vuelta al cole, es importante afrontarla con garantías y para ello lo primero es estar en condiciones de recibir y asimilar correctamente toda la información que se recibe, que no es poca, a través de los diferentes sentidos.
Como el que nos ocupa es el sentido de la vista, hacemos hincapié en realizar un examen optométrico a los niños al comienzo del curso, pues se estima que más del 30% de la población infantil total tiene problemas de visión -refractivos como la miopía o hipermetropía, binoculares como la presencia de algún estrabismo u ojo ambliope o "vago", etc.- y sólo 3 de cada 10 menores de 7 años ha acudido alguna vez a un profesional de la visión.
Un niño habitualmente no se queja de no ver bien, entre otras cosas porque si nunca ha visto correctamente no puede saber que puede llegar a ver mejor, y esa incorrecta visión puede estar detrás del fracaso escolar o del desinterés por los estudios debido a que la capacidad de desempeñar actividades esenciales como leer, estudiar, atender o comprender está mermada.
Existen signos, señales que pueden indicar a padres y profesores la presencia de alguna anomalía visual en los menores en edad escolar; algunos de ellos son:
- Se quejan de no ver bien la pizarra o televisión.
- Desvían un ojo o se quejan de ver doble constante o intermitente.
- Ven doble o borroso ocasionalmente al realizar tareas de cerca.
- Poco interés por la lectura.
- Seguir el texto con el dedo al leer, mover mucho la cabeza o torcerla.
- Se confunden al leer.
- Baja comprensión de la lectura para su edad.
- Omitir o añadir palabras al leer y/o saltarse de renglón.
- Cejas fruncidas, parpadeo excesivo al leer.
- Torcerse al escribir o salirse mucho al colorear.
- Inclinar, girar o ladear la cabeza o la espalda al fijar la vista en alguna actividad.
- Dolores de cabeza frontales después de realizar una tarea de cerca.
- Sensibilidad exagerada a la luz.
- Parpadeo y/o lagrimeo excesivo, ojos rojos o hinchados.
- Vocalización en voz baja durante la lectura, constatada por el movimiento de los labios.
- Tapar o guiñar un ojo ocasionalmente para poder ver mejor con el otro.
- Acercarse mucho al libro, móvil, tablets, ordenador y/o TV.
- Falta de atención y concentración; bajo rendimiento escolar.
Una revisión visual al inicio del curso sirve para que el óptico pueda detectar o prevenir cualquier tipo de anomalía visual en el menor y así garantizar el correcto desarrollo de su sistema visual.