Salud visual: Visión y conducción
Aprovechando que se aproxima la Semana Santa y ante la inminencia en muchos casos de viajar en coche en estos días festivos queremos recordar el papel que juega la visión en la conducción y por tanto la importancia de hacer una adecuada revisión visual. Pero cuidado, no nos confundamos y pensemos que debemos hacer las revisiones sólo para las fechas concretas en que viajaremos disfrutando de unos días de descanso; debemos mantener nuestro sistema visual en forma todo el año, pues no sólo somos conductores durante todo el año, sino que esas revisiones periódicas nos permiten tener una óptima calidad visual y pueden prevenir en ciertos casos problemas propiciados por "enfermedades silenciosas".
Ya hemos dicho en otras ocasiones que cerca del 80% de toda la información que recibimos de nuestro entorno es a través de la vista, pero es que el 90% de las decisiones que tomamos durante la conducción depende directamente de nuestra visión.
Con un estado visual deficiente vamos a tardar en reconocer las diferentes situaciones y por tanto vamos a reaccionar más tarde; décimas de segundo o segundos que nos pueden poner en peligro, y lo que es peor, podemos poner en peligro a nuestros acompañantes y al resto de usuarios de la vía.
Muy probablemente la mayoría de la gente piense que al hablar de tener buena visión para conducir queremos decir que es necesario tener buena agudeza visual, ver los objetos con suficiente nitidez. Y sí, es cierto, pero sólo en parte, porque hay otros aspectos de la visión que influyen en la conducción además de la mencionada agudeza visual; hablemos de ello:
Agudeza visual: es evidente, necesitamos nitidez en nuestra visión para percibir correctamente las señales de tráfico en interpretarlas a tiempo, poder leer los letreros, reaccionar a tiempo ante diferentes circunstancias...
Según la DGT es necesario tener al menos una agudeza visual binocular de 0.5, teniendo el mejor de los ojos 0.5 o más y el peor de los dos no menos de 0.1; datos siempre para conductores no profesionales, pues para este grupo (conductores profesionales) los requisitos son bastante más restrictivos. Pero es difícil hacerse una idea de cómo se percibe el entorno con esta visión, así que os animamos a pinchar en este enlace a la web del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía (COOOA), donde tienen una comparativa muy ilustrativa de la nitidez alcanzada para diferentes agudezas visuales; la verdad, viendo las imágenes podemos llegar a pensar que los requisitos de la DGT son bastante laxos.
Campo Visual: es el espacio que abarca la visión de nuestros ojos cuando están inmóviles mirando a un punto fijo, pudiendo detectar diferentes estímulos. Vemos nítidamente el objeto al que estamos mirando y el resto del campo visual lo percibimos sin nitidez, pero es muy eficiente detectando luces, formas y movimientos. Así pues, es fácil entender la importancia de este concepto para la conducción, pues, por ejemplo, mientras vamos centrados en lo que hay delante de nosotros somos capaces de percibir los coches que se nos acercan por detrás al detectar el movimiento en el retrovisor, o anticipar alguna persona, animal u objeto al borde de la calzada que pueda invadirla.
Es importante saber que aunque gocemos de un campo visual perfecto, al conducir este se reduce a medida que aumentamos la velocidad. Así, si a 35 km/h nuestro campo visual tiene una amplitud horizontal de 104°, a 100 km/h se estrecha hasta los 42° y sólo nos permite ver elementos muy cercanos a la calzada o al carril anexo; pero es que a 130 km/h aparece el denominado efecto túnel, con un campo de sólo 30° que hace que dejemos de percibir objetos a ambos lados de la vía como señales de tráfico, semáforos, peatones... Y a medida que incrementamos la velocidad nuestro campo visual se estrecha más y más.
Percepción de profundidad, o estereopsis. Esta es la capacidad que tenemos de ver tridimensionalmente y nos la proporciona el ver con los 2 ojos, pues el cerebro recibe de cada uno imágenes ligeramente diferentes que al fusionarlas proporcionan esa percepción del espacio tridimensional. Por tanto, es fácil deducir que si sólo vemos con un ojo careceremos de ella; pero también es cierto que si la calidad de las imágenes es pobre (esto es, si tenemos mala agudeza visual) o hay diferencia en la nitidez de las imágenes presentadas por cada ojo tendremos mala estereopsis y calcularemos mal las distancias.
¿Necesitas más razones para realizar tus revisiones visuales periódicamente? Si hace más de un año que pasaste la última te invitamos a que reserves cita cuanto antes, porque más vale prevenir...