Salud ocular: Retinopatía diabética

22.10.2020

Anteriormente hablamos sobre la diabetes y cómo puede afectar a las diferentes estructuras del ojo. En esta ocasión nos centramos en la retinopatía diabética, que es el conjunto de alteraciones que puede sufrir la retina como consecuencia de la primera.

Como la diabetes es una enfermedad vascular, las complicaciones que surjan en la retina serán provocadas por alteraciones en su entramado vascular; los principales factores de riesgo son padecer la enfermedad durante un tiempo prolongado, el mal control glucémico (cuanto peor control de los valores de glucemia en sangre antes aparecerá la retinopatía) y la presión arterial elevada (HTA).

Inicialmente las complicaciones microvasculares son asintomáticas, por lo que es realmente importante hacer revisiones del fondo de ojo periódicas. Así, se recomienda hacer un examen ocular dentro de los 5 primeros años posteriores al inicio de la enfermedad en el caso de la diabetes tipo 1, y en el momento del diagnóstico para el caso de los enfermos de diabetes tipo 2; a partir de aquí se pueden hacer revisiones bianuales si no hay indicios de retinopatía y al menos anualmente en el caso de existir algún nivel de ella.

Según avanza la retinopatía podemos sufrir alguno de los siguientes síntomas, normalmente en ambos ojos:

  1. Visión de mayor número de miodesopsias o moscas volantes.
  2. Visión borrosa.
  3. Visión fluctuante, cambiando de borrosa a clara.
  4. Visión nocturna deficiente.
  5. Dificultad de recuperación tras el estímulo con luces brillantes.
  6. Percepción de los colores atenuados o apagados.
  7. Pérdida de visión.

Podemos encontrar diversos tipos de retinopatía diabética (RD), siendo de menor a mayor gravedad:

  1. RD de fondo o no proliferante: se caracteriza por la presencia de microaneurismas (bolsa o hernia que se produce en el vaso sanguíneo por dilatación y adelgazamiento de su pared), hemorragias (en forma de llama o redondeadas dependiendo de la localización de las mismas) y exudados duros (depósitos de lípidos, deshechos producto de las hemorragias).
  2. RD preproliferante: podemos encontrar arrosariamiento venoso (cambios en el grosor), exudados algodonosos (lesiones blanquecinas de aspecto algodonoso que siguen a una isquemia o cierre vascular). Posible edema macular y/o isquemia macular.
  3. RD proliferante: es la etapa más avanzada, con aparición de neovasos, frágiles, que sangran hacia el vitreo; proliferación fibrovascular o aparición de tejido cicatrizante, que puede derivar en desprendimiento de retina.