Salud ocular: Pinguécula
Engrosamiento que se produce en la conjuntiva -fina capa transparente y mucosa que recubre la parte visible del globo ocular (el blanco de los ojos)-. Es un acúmulo de proteínas, grasa y calcio, habitualmente de color amarillento que suele crecer próxima a la córnea, con mayor frecuencia en el lado nasal. No afecta a la visión, pues aunque crece próxima a la córnea no la llega a invadir.
Aparece por cambios en el tejido de la conjuntiva y aunque aún no se conocen con certeza las causas de la aparición de esta condición, las más probables son:
- Excesiva exposición a la luz solar (más concretamente la radiación UV), agentes irritantes como el polvo, viento y otras partículas en suspensión. Esto hace que lo veamos con mayor frecuencia en personas que trabajan al aire libre como pueden ser agricultores. Incluso hemos llegado a ver el caso de alguna persona con pinguécula en ambos ojos cubriendo casi toda la banda central tanto nasal como temporal del ojo; al preguntarle hemos averiguado que suele hacer senderismo por la montaña sin protección de gafas de sol, de forma que para protegerse del exceso de iluminación entorna los ojos.
- Se ha relacionado con el síndrome de ojo seco, ya que la falta de lágrima o su mala calidad impide la correcta lubricación del ojo que provocan daños en conjuntiva y finalmente la aparición de la pinguécula.
- Edad, envejecimiento de los tejidos.
Aunque suele ser asintomática no es extraño presentar algunos síntomas, siendo los más comunes la irritación o sequedad -vemos que esta puede ser tanto causante como síntoma-, sensación de aspereza o arenilla, picazón; el síntoma más visible de todos es la inflamación (pingueculitis), aunque no siempre supone una incomodidad para el paciente.
Vemos que casi toda la sintomatología está asociada a la falta de lubricación, por lo que en caso de aparecer síntomas los aliviaremos con la lubricación mediante lágrima artificial; en los casos en que haya inflamación el oftalmólogo puede recetar algún antiinflamatorio local. Es raro tener que eliminar la lesión mediante cirugía.
En cuanto a la prevención, siendo los principales factores de riesgo los relacionados con las condiciones ambientales, lo mejor que podemos hacer es usar gafas de sol debidamente homologadas que nos protejan tanto del viento y partículas como de la radiación UV, la cual está presente todo el año y no sólo en verano.
Para estar seguros que nuestras gafas de sol han pasado todos los controles necesarios y nos protegerán debidamente de la luz UV las deberemos comprar en ópticas, donde también nos asesorarán correctamente sobre las que más nos convienen en función del uso que las vayamos a dar.