Salud ocular: Cuidado de los ojos en las piscinas

01.07.2021

Parece que la apertura de las piscinas da el pistoletazo de salida al verano, termina el curso escolar y se empieza a ver más afluencia de gente en las calles (en gran medida por todos los estudiantes que antes estaban en las aulas).

El calor invita a refrescarse y una opción popular son las piscinas, irse al río (muchos municipios habilitan piscinas naturales) o al pantano, entre otros. Buscamos, por lo general, pasar unas horas en compañía de amigos intercalando juegos con refrescantes baños.

Debemos tener cuidado con nuestros ojos, pues pasamos muchas horas expuestos al sol, cloro de las piscinas, aguas sin tratar de los ríos, etc. y todo ello puede favorecer la aparición de diferentes molestias como el ojo rojo, sequedad ocular, conjuntivitis o queratitis.

El calor, viento y sol afectan a la hidratación del ojo, provocando su enrojecimiento y sequedad con síntomas como la sensación de arenilla o cuerpo extraño en el mismo, visión borrosa, picor o escozor. Instilar unas gotas de lágrima artificial -preferiblemente sin conservantes- cuando aparezcan estas molestias nos aliviará la sintomatología.

El cloro y sustancias químicas para tratar las aguas en las piscinas o la sal del mar son agentes irritantes de nuestros ojos. Usar gafas de natación al bañarnos evitará en gran medida esas molestias; pero en el caso de aparecer la irritación debemos lavar nuestros ojos con suero fisiológico (si no tenemos, abundante agua corriente) para diluir esos agentes irritantes. Seguidamente la lágrima artificial nos aliviará.

El enrojecimiento puede ser también una infección provocada por algún microorganismo que nos cause una conjuntivitis vírica o bacteriana. Especial importancia tiene la queratitis por acanthamoeba, que puede complicarse hasta el punto de hacernos perder la visión e incluso el ojo.

Es especialmente importante que los usuarios de lentes de contacto no se bañen con ellas, pues sus materiales porosos absorben los diferentes agentes mencionados, aumentando las molestias y deteriorando las lentillas.

Tomemos en serio la salud y protección de nuestros ojos para garantizar un verano tranquilo sin molestias oculares.